Una vez conocidas las cifras del paro correspondientes al mes de enero, CEOE Castilla y León señala que es positiva la evolución del mercado laboral en la Comunidad respecto al pasado año, aunque advierte que el proceso de normalización de la economía no ha terminado, existiendo crecientes incertidumbres y riesgos que pueden frenar la reactivación.

De hecho, el desempleo aumentó en 1.300 personas en enero en relación al mes anterior, un 1,01%, situándose la cifra de desempleados en la Comunidad en 130.069, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

En comparación con enero de 2021, sin embargo, el paro registrado en Castilla y León cayó un 25,21% (43.834 desempleados menos), alcanzándose un total de 173.903 desempleados.

Igual comportamiento tuvo la afiliación a la Seguridad Social, que descendió en 10.212 personas, un 1,10% respecto al mismo mes del año anterior, aunque si comparamos las cifras con enero de 2021, el número subió un 2,92%, lo que supone una variación de 26.141 afiliados.

En cuanto a la contratación, es importante destacar el incremento en un 36,43% de los contratos indefinidos suscritos el pasado mes de enero respecto a diciembre de 2021, motivado muy probablemente por la reciente modificación de la legislación laboral.

Por todo ello, CEOE Castilla y León confía en que exista una tendencia valorable del mercado laboral a lo largo del presente ejercicio, pero es una realidad que, ahora que los riesgos asociados a la pandemia van perdiendo incidencia sobre la actividad económica, otros factores han comenzado a pesar negativamente sobre el crecimiento, como son los precios de materias primas, las dificultades de suministro de materiales y componentes, el encarecimiento de la energía y el transporte, o las subidas de costes laborales y los cambios regulatorios.

Aunque las perspectivas para la economía en 2022, tanto a nivel estatal como regional, son favorables, el proceso de recuperación avanzará con un ritmo más moderado. En su opinión, el descenso de los resultados empresariales, en un contexto de aumento de los costes laborales y de incertidumbre acerca de los cambios regulatorios, puede llevar a un menor dinamismo económico en el futuro y, con ello, a una menor creación de empleo.

Por ello, es fundamental que se adopten medidas que incentiven el crecimiento económico, un marco regulatorio que impulse la competitividad y se agilice de una vez por todas la implementación de los fondos europeos.