Los datos del desempleo en la comunidad correspondientes al pasado mes de agosto continúan mostrando una desaceleración en la creación de empleo pese a coincidir con la temporada estival y las actividades vinculadas al sector turístico.
Dando continuidad a lo ocurrido en julio, el número de parados registrados en Castilla y León en agosto también aumentó; en esta ocasión en 657 personas, lo que supuso un aumento del 0,67% respecto al pasado mes, frente al descenso del 0,91% registrado a nivel nacional. En relación al pasado año, el paro descendió un 4,8%, y la cifra de desempleados en la Comunidad se sitúa en 98.179 personas, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Por su parte, el número de afiliados a la Seguridad Social en agosto fue de 1.000.142 personas, 4.217 menos que en julio, lo que significa una caída del 0,42%.
Los datos conocidos en el día de hoy vuelven a poner de manifiesto cómo la actual incertidumbre económica, tanto a nivel nacional como internacional, sigue condicionando de manera significativa las decisiones de inversión de las empresas y, en consecuencia, su capacidad para generar nuevos puestos de trabajo. En este sentido, CEOE Castilla y León insiste en que la política económica debe estar orientada a generar un clima de confianza y estabilidad que incentive la actividad empresarial.
A la luz de las últimas reformas legislativas aprobadas, la Confederación recuerda que cualquier modificación del marco normativo que afecte a la estructura económica o laboral del país debe abordarse con responsabilidad, visión de futuro y, sobre todo, con el consenso de los agentes sociales en el marco del Diálogo Social. Las reformas deben ser ambiciosas, coherentes y orientadas a incrementar la flexibilidad del mercado laboral y la competitividad del tejido productivo, aspectos que históricamente han demostrado ser fundamentales para garantizar la estabilidad económica, la sostenibilidad del crecimiento y la creación de empleo de calidad.
En este contexto, CEOE Castilla y León subraya una vez más el papel esencial del sector privado como principal motor de generación de empleo y riqueza en nuestra comunidad. Las empresas, a pesar de las dificultades derivadas del incremento de los costes energéticos, regulatorios y laborales, así como de la incertidumbre geopolítica y económica, continúan realizando un importante esfuerzo para mantener su actividad y contribuir al dinamismo del mercado laboral.
Por ello, reitera la necesidad de establecer un entorno favorable a la empresa que incentive su desarrollo y competitividad, como única vía eficaz para impulsar el empleo estable y el progreso económico de Castilla y León.