Los positivos datos de la EPA correspondientes al segundo trimestre del año ponen de relieve la voluntad y el compromiso de las empresas para impulsar la normalización de la actividad económica y del empleo, a pesar de que continuamos inmersos en una situación de incertidumbre, no solamente motivada por la crisis provocada por la invasión de Ucrania, sino por muy diversos factores, como los elevados precios de materias primas, el encarecimiento de la energía y el transporte, y una inflación desbocada.

Así, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sitúan el número de desempleados en Castilla y León en el segundo trimestre en 114.300 personas, cifra que supone una disminución del 17,78% (24.700 personas) respecto al mismo trimestre de 2021, fijándose la tasa de paro en el 10,19%, frente al 12,48% nacional. Sin embargo, si tomamos como referencia el trimestre anterior, el paro cayó en 8.700 personas, un 7,07%.

Por lo que hace referencia a la población ocupada, se situó en un total de 1.007.300 personas en Castilla y León en el segundo trimestre del presente año 2022. Con relación al trimestre anterior supuso un aumento de 20.500 personas (2,08%), y una subida de 42.300 personas (4,38%) respecto al mismo trimestre al año anterior. 

CEOE Castilla y León considera que, pese a los buenos datos conocidos hoy, hay que mantener la cautela, más aún en un contexto de revisión a la baja de las expectativas de crecimiento económico que coincide además con el vencimiento de obligaciones contraídas durante la pandemia (devolución de créditos ICO).

Según la Confederación, aún nos movemos en cifras elevadas de desempleo, con un marcado carácter estructural, lo que hace necesario reforzar la eficacia de las políticas activas de empleo y, en especial, la formación permanente que será más relevante si cabe de cara al futuro con la transformación digital y la necesidad de profesionales en diferentes sectores, para dar respuesta a las necesidades actuales y futuras del mercado de trabajo.

Asimismo, habrá que seguir la evolución del empleo en los próximos meses y mantenerlo como prioridad, pues la inflación y la incertidumbre pueden contraer la contratación, razón por la cual es imprescindible evitar efectos inflacionistas de segunda ronda, generar un clima de confianza que impulse las inversiones y acertar con las medidas de acompañamiento a las empresas y a las personas trabajadoras.