Los datos de la EPA del cuarto trimestre del pasado año 2021 evidencian que, aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar los niveles precrisis, la Comunidad continúa avanzando en el proceso de recuperación de la actividad económica, gracias al esfuerzo que están realizando las empresas para superar la grave situación que aún atraviesan y así potenciar el mercado laboral. 

Según las cifras publicadas hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de parados en Castilla y León descendió un 11,2% en el cuarto trimestre del año, (14.500 personas menos), en relación al mismo trimestre de 2020, situándose el número total de desempleados en 113.900, y fijando la tasa de paro en el 10,3%, frente al 13,3% nacional. Sin embargo, en comparación con el trimestre anterior, el paro creció en 2.400 personas, un 2,18%.

De igual forma, y por lo que hace referencia a la población ocupada, la misma se situó en un total de 988.600 personas en Castilla y León en el último trimestre del pasado año 2021. Con relación al trimestre anterior supuso una diminución de 9.000 personas (0,90%) y un aumento de 12.000 (1,23%) respecto al trimestre del año anterior. 

Estos datos cierran un año en el que la evolución del empleo en la Comunidad ha seguido un camino paralelo a la evolución de la pandemia y, en especial, a las medidas restrictivas adoptadas con la finalidad de limitar sus efectos, tanto a nivel de salud colectiva como a nivel de impacto económico.

Si bien es cierto que el proceso de vacunación ha sido esencial para el levantamiento de las restricciones y con ello la vuelta a la normalidad económica, la recuperación sigue siendo desigual, lo que conlleva la necesidad de adoptar medidas que permitan la reactivación de determinadas ramas productivas, máxime en un contexto con crecientes incertidumbres y riesgos que pueden afectar negativamente a la intensidad de la recuperación económica.

En opinión de CEOE Castilla y León, existen factores que han comenzado a pesar negativamente sobre el crecimiento, como son los precios de materias primas, las dificultades de suministro de materiales y componentes, o el encarecimiento de la energía y el transporte, lo que está condicionando en definitiva la viabilidad de la actividad de los empresarios.

Ante esta situación, la recuperación económica y del empleo solo serán posibles si contamos con un tejido empresarial saneado, que pueda recuperar la actividad en el momento en que sea posible e impulsar la creación de empleo a un ritmo sostenido. Y, para ello, según la Confederación, es necesario proteger a las empresas, a nuestras pymes, que van a ser el pilar básico de esa recuperación.

Por ello, CEOE Castilla y León confía en que el nuevo Gobierno que surja tras las próximas elecciones regionales continúe siendo sensible a las necesidades empresariales mediante la adopción de políticas, a través del Diálogo Social, que continúen incentivando y promoviendo la actividad, siendo ello reflejo de la creación de empleo.

En opinión de la Confederación, la confianza es una de las claves para salir de cualquier crisis y, para ello, se necesita una firme apuesta por impulsar la digitalización; la ciencia e innovación; la sostenibilidad ambiental y la adaptación al cambio climático; la exportación e internacionalización empresarial; la colaboración público-privada. Igualmente, es necesario poner el foco en la industria, aprovechando las fortalezas de la Comunidad, y en la lucha contra la despoblación, con medidas que hagan atractiva la inversión empresarial.