La Confederación, ante la evolución de la pandemia, solicita certeza y prudencia en las medidas de acompañamiento en la salida de la crisis para que la recuperación no se vea truncada.

Los datos del desempleo publicados hoy, correspondientes al mes de noviembre, nos muestran una continuidad en la evolución positiva del mercado laboral, cerca ya de iniciarse la campaña navideña, aunque marcada por la incertidumbre e inseguridad que acompaña este proceso de recuperación.

La importancia del proceso de vacunación para el levantamiento de las restricciones y, con ello, la progresiva vuelta a la normalidad continúan reflejando un efecto positivo en el número de parados inscritos en las oficinas de Empleo de Castilla y León, que cayó en 6.886 personas en noviembre, un 5,06%, situándose la cifra total en 129.082 desempleados. En relación a noviembre de 2020, el paro disminuyó un 21,14% (34.605 desempleados menos), frente al 17,36% nacional.

Por su parte, la afiliación a la Seguridad Social creció un 2,41% respecto al mismo mes del año anterior, con 21.950 afiliados más y alcanzando la cifra de 932.744, a pesar de que en términos relativos supuso un descenso del 0,58%, cuando en España se registró un aumento de 61.768 cotizantes en comparación con el mes anterior, un 0,31%

Los datos constatan, por tanto, que todavía queda camino por recorrer, especialmente en el sector privado, para alcanzar los niveles previos a la pandemia y la necesidad de cautela ante la incertidumbre futura y de seguridad, certeza y prudencia en las medidas de acompañamiento en la salida de la crisis para que la recuperación no se vea truncada.

Ante esta situación, CEOE Castilla y León aboga por apostar por el empresariado como dinamizador de la economía y así garantizar la creación de empleo. Por ello, el abordaje de la modernización del marco laboral debe ser fruto de un proceso de diálogo social a nivel nacional sosegado, que responda a las necesidades de adaptabilidad de las empresas y de formación permanente de las personas trabajadoras para afrontar los desafíos de la digitalización y la ecologización de la economía, dos importantes transiciones que exigirán profundos cambios de los procesos productivos, de manera que se incremente la productividad del país, haciendo nuestra economía más competitiva y una recuperación más rápida y segura.

En este sentido, la Confederación insta a impulsar la actividad empresarial priorizando las políticas de refuerzo de la productividad y competitividad de las empresas y su capacidad de contratación. En su opinión, cualquier incremento de costes no solamente desanima y desincentiva la actividad de los empresarios sino que tendrá efectos negativos sobre el empleo.