Ante la actual situación de incertidumbre, advierte de los previsibles efectos de la inflación en las empresas y, por ende, en el empleo

Los datos del desempleo correspondientes a abril deben valorarse con cautela porque lo que podría interpretarse como una normalización en la dinámica del empleo podría variar en función del crecimiento económico, cuyas expectativas se están corrigiendo a la baja. Además, las últimas estadísticas vienen a confirmar que la tan esperada recuperación de la actividad económica no ha alcanzado aún la velocidad necesaria, más teniendo en cuenta el contexto de fuerte incertidumbre vivido, acrecentado por la invasión rusa a Ucrania.

Aun así, el número de parados inscritos en las oficinas de Empleo de Castilla y León cayó en 2.884 personas en abril, un 2,22% y la cifra de desempleados en la Comunidad se sitúa en 127.269. A nivel interanual, también se ha producido un descenso; en este caso, del 24,57% (41.451 desempleados menos), frente al 22,71% nacional.

Por lo que hace referencia a la afiliación a la Seguridad Social, la misma aumentó un 3,02%, en 27.276 personas respecto al mismo mes del año anterior, lo que eleva la cifra total hasta 930.729. Respecto a marzo, el número de afiliados creció un 0,49% (4.534 personas).

En opinión de CEOE Castilla y León, a pesar de encontrarnos con un mes de abril tradicionalmente positivo por la Semana Santa y su incidencia en el empleo, mientras continúe la situación actual de elevados precios de materias primas, el encarecimiento de la energía y el transporte o la elevada inflación, la actividad de las empresas se va a ver muy afectada, con la traducción en una restricción en la contratación laboral.

Ante una situación caracterizada por una mayor incertidumbre, CEOE Castilla y León pide prudencia ante los previsibles efectos de la inflación en las empresas y, por ende, en el empleo. Cabe destacar la responsabilidad que están mostrando las empresas al mantener el empleo durante estos más de dos años de pandemia, pero al mismo tiempo la Confederación debe mostrar su preocupación por su pérdida de productividad.

Por ello, CEOE Castilla y León insiste en el papel protagonista del nuevo Ejecutivo regional que, sin más demora, debe adoptar nuevas medidas que puedan crear un entorno más favorable que esté caracterizado por una mayor seguridad que aliente la confianza empresarial, con el fin de que las empresas puedan programar su actividad sin cambios no previstos, ni normativos ni de incremento de costes.

Igualmente, la Confederación espera que el plan económico para hacer frente a la actual situación de crisis económica anunciado por el presidente de la Junta de Castilla y León, cuente con la participación activa de los agentes del Diálogo Social, y no se plantee como una respuesta única y urgente sino complementaria a otras medidas económicas, sociales y laborales que igualmente deben adoptarse con prontitud.