Agosto ha finalizado con 2.732 cotizantes menos a la Seguridad Social y 968 desempleados más respecto al mes anterior, a pesar del esfuerzo de las empresas por mantener y generar nuevos puestos de trabajo. Estas cifras ponen, por tanto, de manifiesto una cierta desaceleración de la economía, que se hará más patente tras el verano, debido a las tensiones geopolíticas, el impacto de la política monetaria restrictiva y la inflación en el consumo y la inversión de familias y empresas, y al aumento de los costes empresariales, que ya está afectando al empleo.
De hecho, el número de parados registrados en Castilla y León aumentó el pasado mes un 0,91% respecto a julio (968 personas), probablemente por la finalización del periodo estival, situándose la cifra de desempleados en la Comunidad en 107.736 parados. En términos interanuales, la caída del desempleo se situó en el 9,53%, frente al 7,58% nacional.
Por su parte, el número de afiliados a la Seguridad Social en agosto fue de 968.083 personas, 2.732 menos que en julio, lo que supuso un descenso del 0,28%, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Ante esta situación, CEOE Castilla y León reitera la necesidad de que se configure un Gobierno en España que garantice la estabilidad política e institucional y la seguridad jurídica imprescindibles para generar un clima de confianza capaz de evitar la parálisis ante la incertidumbre y de estimular la inversión y la actividad empresarial como garantía del empleo.
Estas cifras requieren, ahora que se inicia el curso político, seguir avanzando y trabajando en nuevas medidas necesarias para impulsar la actividad económica, ya que de lo contrario significa poner en riesgo la viabilidad de muchas empresas, especialmente las de menor dimensión. Los esfuerzos deben dirigirse, igualmente, a potenciar la productividad y, con ésta, en generar un crecimiento más dinámico.