El último informe del Edelman Trust Barometer, realizado junto a CEOE, revela que la sociedad castellano y leonesa deposita una confianza superior a la media nacional en sus empresas, empleadores y líderes empresariales, consolidando al tejido empresarial como motor de progreso y cohesión social.
Estos resultados reflejan que “la confianza es local” ya que al comparar el análisis nacional con el regional, “todos los indicadores de confianza hacia las empresas y sus líderes superan a la media nacional en todos los parámetros analizados”.
Algunos datos destacados del estudio son:
- El 57% de los ciudadanos de Castilla y León confía en las empresas, frente al 53% de la media nacional.
- La confianza en “mi empleador” alcanza un 84%, casi 20 puntos por encima del promedio nacional (67%), lo que refuerza el vínculo directo entre trabajadores y empresas.
- En cuanto al liderazgo, el 58% confía en los CEOs en general y un 65% en “mi CEO”, cifras que superan ampliamente los datos nacionales (45% y 56% respectivamente).
- Además, el 61% de los castellano y leoneses cree que las empresas gestionarán correctamente la introducción de nuevas tecnologías e innovación, mientras que el 77% confía en su empleador directo para liderar estos procesos.
Estos resultados confirman que la confianza en las empresas de Castilla y León se construye desde la cercanía, la experiencia y el impacto real en la sociedad. El tejido empresarial regional se posiciona como un actor clave para impulsar la innovación, afrontar los desafíos sociales y fortalecer la cohesión territorial.
Valoraciones
Patricia Ochando, Head of Strategy de Edelman Spain, la consultora que ha elaborado el informe, expresa que «la confianza de los castellanos y leoneses en las empresas es sólida» a la vista del 57% mencionado, al tiempo que llama la atención sobre el hecho de que la cifra «es mucho más contundente cuando hablamos de confianza en Mi Empleador», puesto que se dispara hasta el 84%. En su opinión esto «demuestra que los castellanos y leoneses confían en lo cercano», circunstancia que, según indica, «abre interesantes oportunidades en cuanto a comunicación interna y credibilidad». Es más, el informe pone de manifiesto que la sociedad regional «cree que las empresas pueden ocupar un lugar central como actor estabilizador, promotor de progreso y facilitador de cohesión social», y por eso pone deberes a las compañías, en concreto «proteger y potenciar ese capital de confianza y convertirlo en una palanca de transformación». Para conseguirlo les aconseja «seguir fortaleciendo la escucha activa, actuar con transparencia y demostrar con hechos su compromiso con el entorno y con sus grupos de interés», porque según dice «la confianza no se hereda ni se improvisa, se gana con coherencia, presencia y responsabilidad».
En la misma línea se expresa el presidente CEOE Castilla y León, Santiago Aparicio, quien opina que ese apoyo tan elevado demuestra «que el papel del tejido empresarial se entiende aquí como parte de la solución, no del problema». «Los resultados de este primer Edelman Trust Barometer territorializado confirman una realidad que en Castilla y León venimos observando desde hace años, que nuestras empresas mantienen un vínculo de confianza muy sólido con la ciudadanía», se felicita.
El máximo responsable de la patronal autonómica va más allá y destaca que «estos datos desmontan cualquier narrativa que pretenda situar a las empresas como un adversario social. No somos el enemigo, somos un actor imprescindible para generar oportunidades, cohesión y progreso», sentencia Santiago Aparicio, quien considera acreditado que su contribución «se percibe como cercana, tangible y beneficiosa para el conjunto de la sociedad» en un momento en el que «los discursos globales tienden a fragmentar y polarizar».
El dirigente de CEOE remarca asimismo que «la figura del liderazgo empresarial también emerge reforzada», en la medida en que casi dos tercios de los ciudadanos confían en que su CEO hará lo correcto. «Este apoyo social no es solo un reconocimiento, sino una responsabilidad enorme en un contexto de profundas transformaciones tecnológicas, productivas y medioambientales», continúa. Al hilo de esto, resalta que el 61% confía en que las sociedades gestionarán correctamente la introducción de nuevas tecnologías, el 77% cuando se trata del empleador directo, lo que a su juicio les obliga a «seguir actuando con transparencia, anticipación y responsabilidad para garantizar que la innovación llegue de forma segura, accesible y beneficiosa».
