Inquietud entre el empresariado de Castilla y León ante las medidas que se adopten tras la finalización del estado de alarma.

CEOE Castilla y León analiza con preocupación cómo el desempleo registró una subida del 1,42%, (2.366 desempleados más), en comparación con el año anterior, a pesar de que el número de parados inscritos en las oficinas de Empleo de Castilla y León cayó en 2.273 personas, un escaso 1,33% respecto a marzo de este año, dejando la cifra total en 168.720 parados.

Además, se sigue observando un deterioro del mercado laboral asimétrico y con efectos muy negativos en determinados sectores de actividad, especialmente en aquellos afectados por las restricciones de actividad y limitaciones de movilidad.

En relación a la afiliación, aumentó en 3.858 personas, un testimonial 0,34%, situándose la cifra total de afiliados en la Comunidad en 903.453.

Según CEOE Castilla y León, a la preocupante situación que atraviese el mercado laboral, se une en estos momentos la inquietud del empresariado ante la próxima finalización del actual estado de alarma, en tanto que la misma pueda generar nuevamente incertidumbre sobre el proceso de recuperación de las empresas, y con ella una merma en la competitividad, al desconocer cuál va a ser la situación a partir del próximo día 9 en relación a las medidas que, presumiblemente, vayan a adoptarse.

Es, por ello, que la Confederación urge a impulsar cuanto antes la recuperación de la actividad, ayudando a minimizar el impacto de la crisis sobre las empresas y generar un clima favorable para las mismas, sin olvidar la importancia de acelerar el proceso de vacunación, pues sólo así se conseguirá cambiar la tendencia negativa.

Paralelamente, CEOE Castilla y León, ante un escenario de pérdidas en las empresas, considera necesario mantener e intensificar las medidas de apoyo al tejido productivo para no poner en riesgo su supervivencia, ya que resulta vital para consolidar la recuperación y preservar el empleo. Igualmente, aboga por la necesaria colaboración público-privada para afrontar la crisis y por un reparto justo y adecuado de los fondos Next Generation, como una palanca para contribuir a la necesaria transformación que necesita la Comunidad.


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